Santiago
La capital de Chile, además de la principal entrada al país para los vuelos internacionales, es una visita obligada. Su centro histórico es una perla para los amantes del turismo urbano y cultural, que disfrutarán paseando por la Plaza de armas, el Barrio Lastarría y el Vitacura o elParque Metropolitano, y visitando el Palacio de la Moneda o laIglesia de San Francisco, todo ello adornado con la vista de los Andes en la lejanía.
Valle Central y Valparaiso
El fértil valle que rodea la ciudad de Santiago ofrece mucho a los viajeros. Por ejemplo, laHacienda Los Lingues, que conserva el sabor de la vida en las haciendas, o sus muchos y buenos viñedos que se pueden encontrar en las zonas de Colchagua y Casablanca. Pero el destino más atractivo de la zona es sin dudaValparaíso, ciudad Patrimonio de la Humanidad que maravilla a sus visitantes con su intrincado laberinto de calles, su historia y su arquitectura.
Atacama
En el Norte tiene Chile uno de sus grandes paraísos naturales: el desierto deAtacama, el más seco del mundo.Aquí los paisajes son de verdad impresionantes y se aprecian mejor en elParque Nacional Lauca. San Pedro de Atacama, un aldea construida a base de adobe, es una visita muy recomendable, como los observatorios de Cerro Panal y Mamalluca.
Patagonia y Tierra del Fuego
En el otro extremo del país, en el Sur, se extiende la Patagonia chilena, que desemboca, como su hermana argentina, en la Tierra del Fuego. No hay adjetivos para describir su valor paisajístico y natural, hay que verlo en elParque Natural de las Torres del Peine, en elEstrecho de Magallanes o en el Cabo de Hornos, el punto más meridional del continente americano.
Isla de Pascua
A seis horas de avión desde Santiago de Chile está la isla de Pascua, un destino fascinante por su naturaleza y por su riquísimo patrimonio arqueológico.